Feria de San Lorenzo

domingo, 1 de mayo de 2011

Recuerdo a Álvaro Cámara González

El peruano-mexicano Álvaro Cámara González, hijo de don Álvaro Cámara Parra (Méx). Partió plaza en 1989 en la México como novillero y no llegó muy lejos por una cornada que lo afectó en Perú diez años más tarde, país al que algunos refieren como el de su verdadero nacimiento.

Álvaro Cámara, fue novillero y llego a actuar varias tardes en la Plaza Mérida (Yucatán), la Plaza México en dos ocasiones y en otras partes de la República Mexicana. Una grave cornada haciendo campaña en el Perú para tomar la alternativa lo retiro de los ruedos. Actualmente sigue en la fiesta brava organizando festejos taurinos.

A continuación le presentamos la crónica del festejo del 12 de Agosto de 1999 extraída de "portaltaurino.com" donde "Alvarito" sufrió "La cornada más grave de toda la historia taurina contemporánea del Perú", según lo califica el Doctor Andrés León Martínez, Presidente del Capítulo de Cirugía Taurina del Perú. Tragedia comparable a la sufrida por Francisco Rivera «Paquirri», quien murió por una cornada recibida del toro llamado Avispado en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba) en 1984.


TOROS EN MATARA

(Cajamaraca)

Jueves, 12. de agosto´99. Toros de Vista Alegre (terciados y complicados) Michel Lagravere, frances (aplausos y oreja) Manuel Laveaga, mexicano (oreja y aplausos) Alvarito Camara, peruano-mexicano (dos orejas en el que resulto herido) El novillero mexicano-peruano Alvaro Camara, fue herido gravemente por un novillo de la ganaderia de Vista Alegre, propiedad de don Adolfo Amorin en la corrida inaugural de la feria de Matara; fue inmediatamente trasladado al Hospital General de Cajamarca, en donde se le intervino durante mas de seis horas. Tenía partidas la safena y la femoral; esta en shock. Pronostico: Gravisimo. Crónica deCambio.


Crónicas de la prensa

Diario Cambio, de Lima Perú. Angel Parra Guzmán. Lunes 16 de Agosto de 1999. LA TRAGEDIA DEL NOVILLERO PERUANO-MEXICANO ALVARO CAMARA

El miércoles 11 de Agosto se iniciaba la Feria de Matara, un modesto pueblo de las serranías peruanas ubicado a noventa minutos de la ciudad de Cajamarca. Figuraban en el cartel el veterano y modesto torero francés Michel Legravere y el mexicano Manuel Laveaga. En medio de ambos el novillero Alvaro Cámara, hijo del famoso matador de toros mexicano del mismo nombre, nacido hace veintiséis años de madre peruana en el Distrito del Rímac.

Esta corrida sí que era modesta. Se trataba de la celebración de las fiestas patronales. La pequeña plaza tiene capacidad para unas mil quinientas personas que repletaban sus tendidos dispuestas a aplaudir al más valiente de los tres, y como sucede en algunos pueblos: al que mate más rápido, y sin importar cómo.

Paradójicamente se lidiaba un precioso encierro nacional de pura casta de propiedad del Congresista de la República Don Adolfo Amorín, de la ganadería de Vista Alegre -el mismo nombre de la plaza de toros de Bilbao- con encaste de Juan Pedro Domecq. Por supuesto, como ocurre en muchas plazas de toros de provincias en el Perú y en el mundo, no había quirófano ni enfermería… ni médico.

Los toros fueron complicados. Un encierro difícil. El francés Legravere que vestía de blanco y oro logró cortar una oreja. Le echó valor y "puso toda la carne en el azador" ante su primer enemigo. Donde no pudo torear terminó haciendo su conocido toreo de relumbrón. Ante su segundo enemigo se justificó, ¿no es éste el término que se usa ahora?. El mexicano Laveaga, de grana y azabache, aplausos ante su primer ejemplar y una oreja en el segundo.

Eran las cuatro y cuarenta y cinco de la tarde cuando sonó el clarín y apareció "Burbujito", un novillo de preciosa estampa, que además, estaba en puntas. Correspondía al novillero Alvaro Cámara que vestía de palo rosa y oro.

Lo lanceó apretadamente ovacionándosele luego al quitar por tapatías. Con las banderillas estuvo extraordinario. Con la muleta se hizo aplaudir con fuerza pegándose un arrimón porque según dijo "había que cortarle las orejas" ya que no podía ser el único que esa tarde se marchara sin trofeos.

La faena fue sobre todo vibrante logrando calar en los tendidos. El público y el torero estaban felices. Faltaba solamente una buena estocada para tumbar al toro patas arriba y sin puntilla y lograr las codiciadas orejas. Eran las cinco en punto de la tarde, la hora terrible de Ignacio Sánchez Mejía y "La Sangre Derramada" de Federico García Lorca cuando Alvaro se perfila, va por uvas, le envasa la espada hasta los gavilanes, pero… a la salida de la suerte el toro hace por él, le busca la pierna derecha y le clava el pitón hasta la cepa.

El cuadro es terrible. "Burbujito" levanta al torero y le introduce el pitón completo en la pierna derecha. La sangre brota a borbotones. Parecía que se hubiese abierto un caño de sangre. Los pitones, la cara del toro y la arena de la plaza se mojaban durante segundos interminables con la sangre del torero. "Paco Chino" el buen subalterno peruano de la cuadrilla de Alvaro Cámara intentaba el quite infructuosamente. Fueron segundos que parecieron eternos. Finalmente "Burbujito" se hartó de sangre y el cuerpo del torero cayó, inerte, al ruedo de la plaza.

Alvaro tenía el muslo partido en dos, igual que Paquirri en Pozoblanco, la cornada le había destrozado la arteria y la vena femoral, ingresando el pitón del toro hasta el vientre.

¡Lo ha matado!, ¡Lo ha matado!, ¡Un médico!… ¡Que venga un médico!… era el clamor que se escuchaba en los tendidos.

El médico no apareció jamás, porque no lo había. El banderillero Rafael Montenegro a quien le dicen "El Diablo" se convirtió esta vez en el Angel Guardián del novillero herido. Se arrancó la camisa y con ella le realizó un torniquete para taponar las heridas, así como años atrás lo había hecho con el torero peruano Freddy Villafuerte. Aún respiraba Alvaro Cámara. Sobre el pecho del torero depositó el alguacil las dos orejas de "Burbujito".

Alvaro salió en hombros de la plaza, pero… cargado por sus compañeros y las ambulancias.

Fuera del coso esperaba con el motor encendido un vehículo. Recién allí apareció un médico. Y a semejanza de Pozoblanco se inició un viaje desesperado rumbo a Cajamarca. Unos minutos antes, en la localidad de "La Mora" avistaron una posta médica donde se detuvo la ambulancia para poner gasas en la herida ya que el torero deliraba por la infección y la fiebre.

A las seis y cuarenta y cinco de la tarde el coche se detuvo ante el Hospital Regional de Cajamarca y todos bajaron como una tromba corriendo desesperados con el torero a hombros hasta el tópico de emergencia. Quince minutos después el Doctor Glenn Díaz Gutiérrez inició la operación, la misma que se prolongó más de seis horas, hasta más allá de la media noche.

El torero había perdido cuatro litros de sangre entre la plaza y el trayecto. Cuando llegó al quirófano en sus venas solamente había un litro de sangre. Es decir, se encontraba al borde del infarto y el paro cardiaco. "Le ha salvado usted la vida" -le dijo el cirujano al Diablo Montenegro al concluir la operación- "sin ese torniquete que usted le hizo nó hubiese llegado vivo".

El rostro curtido de Rafael Montenegro se bañó de lágrimas. La experiencia de este veterano torero, ahora promotor de corridas en provincias, ésta vez logró salvarle la vida al novillero Cámara a quien tres días después trasladaron a Lima. ¿Tendrá la misma suerte en el futuro?.

Ayer Domingo Alvaro Cámara ha sido reoperado por el Doctor César Baltazar en el Hospital de Collique, ésta vez la intervención ha sido al estómago, órgano que también fue afectado por la cornada. La operación concluyó a las tres de la tarde con todo éxito.

El Doctor Andrés León Martínez, Presidente del Capítulo de Cirugía Taurina del Perú ha calificado esta tragedia como "La cornada más grave de toda la historia taurina contemporánea del Perú"

"Portaltaurino.com"


Desde aquí nuestro recuerdo y reconocimiento a Álvarito Cámara, quien dejó todo su valor y torería en la arena de Matara, casi a consta de su propia vida. ¡Gracias Matador por tu entrega!


Carlos Bardales /Jesús Bardales.





No hay comentarios:

Publicar un comentario